Surrealismo improvisado
Despertate, ya termina... Estas llegando... falta poco... ahora empuja la puerta...
Los cuarenta watt de energía interrumpieron el sueño. Salvo, por la lámpara que alumbraba directo a sus pupilas, el cuarto estaba oscuro y vacío. Solo habia, justo enfrente de donde estaba, una mesa de pino gastada con un cuadreno y una birome negra arriba.
Se oyó el ruido de las visagras oxidadas. El hombre de verde entro en el cuarto con un plato en la mano y la biblia en el bolsillo.
-"toma comé....no podemos dejar que te mueras de hambre..."
- "tengo derecho a una llamada..."-
-"¿Derechos? aca no importan los derechos....¿O acaso a ellos les importaron los mios?"-
Arrancó con una risa seca que después atragantó con un insulto. Puso el plato sobre la mesa, y dijo:- "la cana te esta buscando, tus viejos estan como locos. En una o dos semanas mejor que paguen el rescate porque sino..."
El pianito trucho del telefono cortó la frase.
-"Si señor, está aca. No, no pasa nada: esta dormido. Si todavia respira....para eso falta que..."
El sonido se alejó y apagó el velador detras de él. El cuarto estaba negro y totalmente en silencio.
Sentía ardientes los ojos castaños, ahora inyectados en sangre. Tenía el pelo negro humedo y el dolor de cabeza le impedia pensar siquiera en donde estaba.
Acercó la silla a la mesa de pino viejo y se dispuso a probar la sopa de hongos que el otro había traído. Estaba fría.
Cayó una gota del techo de paja mal reparado. Aterrizó sobre su cabeza, bailó en su pelo mojado, y rodo por su nariz ganchuda hacia su boca. El gusto dulce del dolor le hizo recordar porque le dolía tanto la cabeza...
De golpe, sintió una ráfaga de viento entrar por la puerta oxidada junto al culataso en la cabeza y el retorno al sueño...
Ahora empuja la puerta...¿ves esa luz?....No la toques, es una lamparita... Si la tocas se puede despertar. Deja el plato sobre la mesa. No, no se dio cuenta, sigue dormido. Si, era eso...pero por lo menos no murió de hambre.
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